Roberto Carlos, el defensa ofensivo

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Autor: Andrés Ramírez Pelayo

Es pequeño, rápido y multifuncional. Jugaba de defensa lateral izquierdo aunque en muchas ocasiones aparecía como un delantero secreto que se infiltraba en la jugada menos pensada. Incluso algunos recordarán que en los videojuegos lo alineaban como el punta del equipo, en especial por esa zurda que golpeaba más fuerte, rápido y efectivo que las ráfagas de un huracán. Brasileño de nacimiento, eso podría explicarlo. Del “Scratch du Oro”, en especial en el mundial de México 70’ con Carlos Alberto como ejemplo, se fundamentó la idea de que la mejor defensa es el ataque, en este caso, un defensa con vocación de delantero. Es cierto que fue el sucesor del mítico capitán pero también fue un revolucionario en esa zona del campo, posiblemente el mejor en su posición o al menos que se recuerde.

La historia de Roberto Carlos Da Silva empieza en la ciudad de Garça, en São Paulo, el 10 de abril de 1973, poco menos de tres años después ha quedado atrás la generación de Pelé y la tercera corona para su país en cuanto a campeonatos del mundo. Sus inicios como futbolista comenzaron con el joven equipo del União São João en la ciudad de Aranas en São Paulo, y fue en 1990 cuando hace su debut en el Brasileirão aunque su estancia fue breve ya que en 1992 se mudaría al Atlético Mineiro y un año después al Palmeiras. Aquí fue donde obtuvo un bicampeonato brasileño entre las temporadas 93-94 y 94-95, sus únicos títulos locales en Brasil durante toda su carrera.

A pesar de que sus inicios auguraban un futuro prometedor, no fue tomado en cuenta para disputar la Copa del Mundo de Estados Unidos 94’, torneo que a la postre ganaría Brasil por cuarta ocasión en su historia. Curiosamente sí había sido convocado previamente para disputar la Copa América de Ecuador 93’, aunque el desempeño de la “Verdeamarela” sólo alcanzó para la instancia en Cuartos de Final. Sin embargo, sus actuaciones y su peculiar característica de goleador-defensivo atrajeron la atención de un grande del fútbol europeo, el Inter de Milan, esto en la temporada 1995-96, su primera y única con el equipo “nerazzurri”.

En cuanto al ámbito futbolístico se refiere, la vida nómada de Roberto Carlos, algo común en los inicios de muchos jugadores brasileños, cambiaría drásticamente cuando fue firmado por el Real Madrid para la temporada 1996-97, un cambio de aires que le sentaría bien y durante bastante rato ya que desde entonces fue asegurando su titularidad con el equipo blanco así como sus convocatorias que eran cada vez más constantes. Con su selección obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96’ y los títulos de la Copa América de Bolivia y Copa Confederaciones de Arabia Saudí, ambas en 1997. Pronto sus éxitos a nivel de selecciones nacionales se intercalarían con los títulos de su nuevo equipo. Ganó tanto la liga como supercopa de 1996-97, y a la temporada siguiente se hizo con los títulos de la Liga de Campeones y de la Copa Intercontinental ante Juventus y Vasco Da Gama respectivamente, títulos que se resistían a las vitrinas madridistas desde hacía más de tres décadas.
Con el Real Madrid pasaron cuatro años antes de volver a conseguir otro título de liga, pero en el plano internacional Roberto Carlos y Brasil continuarían con pasos firmes y productivos. Repiten el título de campeones de la Copa América en Paraguay 99’ quitando un poco el mal sabor de boca tras el subcampeonato en la Copa del Mundo de Francia 98’, aunque a manera casi instantánea, pocas semanas después cayeron en la final de la Copa Confederaciones de México 99’, en ambos casos perdieron el partido definitivo ante el equipo anfitrión. Volviendo a la actividad del fútbol europeo, el Real Madrid llega a la final de la Liga de Campeones de la temporada 1999-00, su rival es un viejo conocido, el Valencia. Con goles de Morientes, McManaman y Raúl, los merengues alzaban por octava ocasión el máximo título del viejo continente. Meses después disputarían la Copa Intercontinental, aunque esta vez se regresó a casa con una derrota ante Boca Juniors por 2-1.

Llega el centenario del Real Madrid. La liga y Copa del Rey se resistieron, pero no los títulos internacionales. Campeones de la Champions League por novena ocasión luego de derrotar 2-1 al Bayer Leverkusen, aquella final que se recuerda con la volea de Zinedine Zidane tras una asistencia del mismo Roberto Carlos. Campeones de la Supercopa de Europa venciendo al Feyenoord de Holanda, campeón de la Copa UEFA. Roberto Carlos anotaría el segundo gol del 3-1 final. Y para cerrar el año con broche de oro, la obtención de la Copa Intercontinental venciendo al Olimpia de Paraguay por 2-0. Obviamente un éxito que no puede pasarse en alto fue su título de campeón durante de la Copa del Mundo de Corea-Japón 2002, donde se derrota a Alemania por 2-0. La temporada siguiente traería consigo el título de liga de la temporada 2002-03. Volverían a pasar otros cuatro años para ganar un título de liga más, el número 30 de la institución, curiosamente tanto el primero como el último en su trayectoria con los merengues tuvo como entrenador a Fabio Capello. Aquí terminan sus 10 años en las filas del Real Madrid.

La etapa de Roberto Carlos posterior al Real Madrid significó de manera paulatina el descenso de una carrera que resultó ser exitosa. Probó suerte en el Fenerbahçe de Turquía por dos años, consiguiendo dos títulos de liga, los últimos de su carrera como jugador. Regresa a Brasil para jugar un par de temporadas más con el Corinthians y su último año futbolístico lo pasó con el FC Anzhi Majachkalá de Rusia poniendo fin a su trayectoria. Actualmente se encuentra en una nueva etapa, la de Director Técnico con el Sivasspor de Turquía.

Los goles de Roberto Carlos se le recuerdan por tres características importantes; su fuerza, velocidad y efecto. Ejemplo de ello ocurrió en 1997 durante un partido amistoso contra Francia previo a la Copa del Mundo. El “6” brasileño pensó lo impensable y consiguió lo inconseguible. Tiro libre cargado hacia la derecha, una barrera compuesta por cuatro jugadores y una distancia a poco más de 30 metros de la portería. Inicia una carrera de puntillas y termina con pasos más largos y rápidos. Golpea el balón a 100 km/h con la parte externa del pie izquierdo, esto supondría que el esférico abandonará el terreno de juego, pero éste es caprichoso, evade la barrera y decide regresar a dirección de portería. Giró hacia la derecha pero se movió a la izquierda. Esta parábola nunca vista se convirtió en unos de los goles favoritos de todas las videotecas.

- Gol de Roberto Carlos vs Francia:



Otro tanto que se le recuerda, en especial por el madridismo, fue uno conseguido el 21 de febrero ante el Tenerife en la temporada 1997-98. Un pase largo por la banda izquierda le obliga a pegar una carrera a toda velocidad. A media distancia entre el tiro de esquina y el área grande, casi sin ángulo y tras un esfuerzo por alcanzar el balón, lo golpea con su prodigiosa zurda a dirección de portería. Logra un efecto de parábola parecido al que consiguió contra Francia, sólo que desde una zona más incómoda y en movimiento. El portero, adelantado a poco menos de dos metros de la línea de meta, observa cómo la pelota se incrusta en el ángulo superior izquierdo de su marco mientras éste se lanza una fracción de segundo demasiado tarde. Anotación con el sello de Roberto Carlos.

- Gol vs Tenerife:





Los números de Roberto Carlos son contundentes para un defensa, sea central o lateral. 123 goles como profesional, 65 de ellos con la camiseta del Real Madrid. Dos ligas de Brasil, cuatro ligas de España y tres supercopas de España, tres Champions League, dos Intercontinentales y una supercopa de la UEFA, dos ligas de Turquía, y en 125 convocatorias con su selección obtuvo dos Copas América, una Copa Confederaciones y una Copa del Mundo.

Cada aficionado tiene sus recuerdos particulares de las leyendas que alguna vez vio jugar. El caso de él, van desde sus goles imposibles a sus goles vitales para la consecución de títulos, sus recorridos por la banda izquierda, su tenacidad a la hora de disputar un balón ante cualquier rival, o momentos más chuscos como el de su última aparición en el césped del Bernabéu, durante un encuentro entre leyendas retiradas del Real Madrid vs Manchester United cuando ya en la banca una cámara le pilla tomándose una cerveza mientras bromeaba con sus excompañeros, esos amigos que te regala el fútbol a base de carisma más que de talento. Cada quien tendrá su momento favorito, pero todos coincidirán en lo mismo, como Roberto Carlos difícilmente habrá alguien más. Tremendo crack.